9/04/2012

Una nueva oportunidad para conectar a jóvenes profesionales con Jesús

Desde hace algunos años dirijo un estudio bíblico con empresarios y ejecutivos. Todos mayores de 50 años, con mucha experiencia empresarial y con necesidades bien particulares de esa etapa de su vida. Nominalmente somos 12, pero casi siempre asisten entre 6 y 8 de ellos cada viernes. Una vez al mes almorzamos juntos para conocernos más.

Dios ha hecho grandes cosas en cada uno de ellos. Hemos visto matrimonios restaurados, empresas que se han recuperado y ahora prosperan, sanidades milagrosas de enfermedades mortales, padres reconciliados con sus hijos, etc. Ha sido una hermosa aventura de una pequeña comunidad de hombres que han crecido juntos como seguidores de Jesús.

Hace dos semanas se integró al grupo un joven banquero de 37 años. Inmediatamente decidió que esto era lo que andaba buscando para crecer como seguidor de Jesús. Pero, también se dio cuenta de la gran diferencia de cultura entre los "viejos" y él como un joven que más o menos comienza su carrera profesional.

El siguiente día almorzamos con él y con otro de los "viejos" que tiene dos hijos que están integrándose a su empresa como parte de su equipo gerencial. Propuse la idea de comenzar un nuevo estudio bíblico para jóvenes profesionales entre 30 y 40 años, solo hombres. Nuestro joven amigo banquero inmediatamente acogió la idea y comenzó a hacer una lista de varios de sus amigos que talvez estarían dispuestos a aceptar una invitación así.

Mi amigo "viejo" ofreció pagar por 3 meses el desayuno hasta para 10 personas por semana en un restaurante muy cerca de su oficina. Él está muy interesado en que sus dos hijos comiencen a integrarse más en una comunidad de seguidores de Jesús.

Esta mañana vi a estos dos jóvenes gerentes y ambos aceptaron mi invitación a asistir a nuestra primera sesión de estudio bíblico. Esto nos asegura que comenzaremos con por lo menos 5 hombres. Mi meta de fe es llegar a tener 12 discípulos antes de dividirnos. Otra meta de fe es preparar a mi amigo banquero para que dentro de algunos meses, él esté listo para dirigir un grupo de estudio bíblico.

Todo lo que hago en mi trabajo en la Cruzada me gusta. Pero comenzar a discipular a otros hombres es algo que no solo me gusta, pero me satisface, me llena de ánimo, me energiza y me apasiona. Nada es más emocionante que comenzar a ver vidas de otras personas comenzar a ser transformadas por el poder de Dios haciéndose realidad en ellos.

Esta noche tendremos en nuestra casa al grupo de misioneros de corto plazo STINT que recién han llegado de los Estados Unidos para unirse a nuestro equipo por un año. Luchy y yo tenemos la costrumbre de invitarlos a nuestra casa, le cocinamos y platicamos haciéndonos disponibles para cualquier cosa que necesiten. Todos ellos han dedicado un año de su vida a evangelizar y discipular estudiantes universitarios aquí en El Salvador. Será una oportunidad de practicar nuestro don espiritual favorito: la hospitalidad.

Mañana por la noche vamos a salir a cenar con dos parejas muy especiales. Las dos señoras son muy amigas de Luchy y tienen una cosa en común: yo no conozco a sus esposos. Las tres mujeres se han puesto de acuerdo para que los esposos se conozcan. Una de estas parejas son pastores adjuntos de una de las iglesias más influyentes de la ciudad. Además manejan emisoras de radio y tv cristianas con mucha audiencia. La esposa de la otra pareja es una prominente abogada joven con un cargo de mucha influencia en una entidad de gobierno.

Las dos parejas tienen menos de 10 años de matrimonio, tienen hijos pequeños y están comenzando sus carreras profesionales. Qué grandiosa oportunidad de mentorizarles y ayudarles a que no cometan muchos de los errores que nosotros cometimos. Queremos hacer equipo con ellos para rodernos de amigos que comparten nuestra pasión por Jesucristo y su Reino. Será una linda velada.

Nuestro hijo mayor, Héctor, cumplió 31 años este domingo. Anoche tuvimos una larga coversación via Skype con él y su esposa Jovanna. Una de las más grandes alegrías y satisfacciones como padres, es ver como Dios ha bendecido a esta joven pareja porque ellos han decidido caminar con él. Están disfrutando los años de juventud, antes que vengan los hijos y aprendan a disfrutar de otra manera.

También pasamos buen tiempo con nuestros otros dos hijos. Daniel, en Washington DC, recuperándose de un viaje a Taiwán. Y Andrés, estudiante de nuevo ingreso en la universidad de Florida en la ciudad de Gainesville. Son las cuatro personas que más amamos y que más alegría nos producen. Todos bien diferentes, pero caminando con el Señor.

Somos unos padres bien felices.

 

No hay comentarios.: