2/13/2005

¿Es posible transformar una nación en base a principios?

Esta mañana leí un artículo en el periódico que me recuerda una de las grandes interrogantes que siempre he tenido en este negocio de servir a Dios para que mi país cambie. El artículo habla sobre la epidemia del SIDA en Brasil. El artículo dice textualmente "Mientras en el resto del continente se habla de condones en voz baja y de abstinencia y fidelidad a gritos , en Brasil, el país con mayor número de católicos del mundo y donde el 85% de la población entre 15 y 64 años se declara sexualmente activo, las cosas son diferentes. "El gobierno no tiene por qué incoporar preceptos morales en un problema de salud pública", dice Mariangela Galvao, directora de cooperación internacional del programa en contra del SIDA, del Ministerio de Salud." (Revista Enfoques de La Prensa Gráfica, 13-2-2005, pág. 13)

¿Cómo es posible que en un país "relgioso" se tenga una epidemia tan tremenda que está destruyendo la población? ¿Sería diferente en un país "evangélico" como El Salvador o Guatemala? Sospecho que no habría mucha diferencia.

En el mismo periódico sale un reportaje sobre un sobresaliente deportista salvadoreño que fue por años adicto a la cocaína. Relata todas sus aventuras de drogadicto y afortunadamente encontró el camino de la recuperación y ahora se dedica a enseñar el deporte a muchos niños, aparentemente libre de toda adicción.

Pero un pequeño párrafo en su historia me llamó la atención. "Yo reconocía que había fallado porque nací en un hogar cristiano, aunque después mi papátuvo problemas de alcholismo y estuvimos luchando con eso..." (Mi énfasis. LPG 13-2-2005, pág. 96)

¿Un hogar cristiano con un padre alcohólico y un hijo drogadicto? (En El Salvador el término "cristiano" es sinónimo de "evangélico")

La conclusión inmediata es que el tener una mayoría de una u otra religión "cristiana" no hace ninguna diferencia en detener los problemas de una sociedad, como el SIDA, alcoholismo o adicción a las drogas.

Ya se que muchos dirán, "si, es que la religión no salva a nadie. La religión no implica un conocimiento personal de Jesucristo ni ser lleno del Espíritu Santo..."

Estoy de acuerdo, pero en todas nuestras iglesias evangélicas se predica del poder de Dios, del Espíritu Santo y sus manifestaciones. Parece que no hemos hecho mucha diferencia al ver el gran cuadro de lo que sucede en nuestras ciudades.

Todos los domingos las iglesias están llenas de personas cuyas vidas individuales de alguna manera han sido tocadas por Dios. Escuchamos hermosos y cautivantes testimonios de personas sanadas del cáncer, reestablecidas económicamente, etc. Pero, si mi ciudad podría dar un "testimonio", ¿que diría? ¿Cuál sería el impacto del evangelio en la vida de la ciudad como urbe llena de necesidades y problemas?

Por ratos pierdo un poco la esperanza de que podamos hacer una diferencia al nivel de comunidad y sociedad. ¿Es que debemos conformarnos únicamente con el impcato que el evangelio hace a nivel de experiencia personal, individual y cuando mucho familiar?

¿Es un sueño imposible pensar que el traer a Jesús a una ciudad producirá cambios a nivel macro?

Estas son las preguntas que el artículo del periódico me recordaron esta mañana.

1/22/2005

Mis 21 dias de oración y ayuno

Apenas el martes pasado comencé un período de 21 días de oración y ayuno y ya el Señor ha comenzado a mostrarse de una manera sobrenatural. Estoy ayunando la mayoría de los almuerzos, pero más que eso, estoy haciendo un esfuerzo conciente de buscar más a Dios a toda hora del día, a leer y meditar más en Su Palabra y a mantener una actitud permanente de expectación de lo que él me quiera decir en cualquier momento.

He tenido encuentros increíbles con amigos y discípulos; confirmaciones de ideas y pensamientos que creía eran del Señor (y parece que si lo son). Es decir, viviendo cada día con una emoción grandísima de estar conectado con el Señor de una manera especial.

El año pasado comenzamos el año de esta manera, y fue un año de cosecha espectacular. Este año tengo la impresión que será un año de crecimiento aun mayor, pero no solo en números, sino en dar saltos de calidad para pasar a otra dimensión de movimiento que aun no conocemos ni soñamos. Siento como si muchas cosas que han sucedido o están sucediendo son tan solo preparación para algo espectacular que Dios quiere hacer conmigo (mi familia) y con la Cruzada.

Los niveles de desgracias del país han llegado a extremos insostenibles. Alguien tiene que hacer algo, espero que sea Dios usando a su Iglesia para dar una demostración inusual y sobrenatural para toda la nación. No se que será, pero no quiero perderme el privilegio de ser parte de lo que sea.

Dios me ha estado impresionando mucho en los últimos días sobre cómo encontrar maneras de comunicarnos y conectar con el pueblo. Siento que en un país que ha sido saturado con el evangelio por todos los medios, las personas ya son inmunes a las formas tradicionales de evangelismo. Necesitamos descubrir maneras nuevas de expresar el amor de Dios a una población muy religiosa, pero con poca vivencia de un cristianismo vital.

Una de esas maneras, creo que es el servicio desinteresado a la comunidad. ¿Qué sucedería si todas las iglesias nos propusiéramos servir para ayudar a resolver los problemas de nuestras comunidades? Me imagino el poder social y económico que 2.5 millones de salvadoreños tenemos! Poder para ayudar a resolver problemas como la pobreza, el desempleo, la falta de educación y salud, las madres solteras, las maras, etc.

No creo que exista en este momento una fuerza mayor que la iglesia con el potencial más grande de ayudar a salir de la desgracia a nuestro país. Pero, los cristianos estamos empecinados en hacer tantas cosas hacia el interior de nuestras iglesias y movimientos, que será muy dificil arrancarnos de esa comodidad para ver hacia afuera.

Pero, yo estoy dispuesto a comenzar y a orientar la Cruzada hacia afuera. A desarrollar una cultura de servicio e integración a la comunidad que nos rodea. Es posible que una de las primeras cosas que hagamos sea adoptar una comunidad muy pobre en el depto. de Cabañas, uno de los más abandonados del país.

Dios me trajo al arq. Nelson ----- quien ha decidido adoptar un caton de la jurisdiccion de Cd. Victoria como una expresión de su fe cristiana. El solo, sin apoyo de nadie, con el único motor que su propio compromiso al servicio, ya ha hecho algunas contribuciones reales a esta comunidad. Ya se comenzó a ganar el respeto y el cariño de mucha gente allí. Tres de los líderes de esa comunidad han recibido a Cristo como resultado de este trabajo de servicio.

Así que en estos 21 días de oración y ayuno seguiré buscando la voluntad de Dios y su guía clara para dar estos saltos de calidad y cantidad en mi propia vida y en el movimiento que dirijo.

Trataré de mantener al día este blogger para dar testimonio de la evolución de este caminar con Dios.

22 de enero del 2005.